martes, 3 de marzo de 2020

Hijos de internet



Encargué un gatito negro por internet. Estoy muy emocionada porque ya me siento lista para ser madre otra vez. Tuve un primer intento de adopción que quedó en la nada. Vi en el grupo de Facebook “gatitos encontrados” uno del que dije este es. Me comuniqué con su madre nodriza, que es el nombre que le asignan las rescatistas a las personas que se ofrecen para “transitar” al animal, es decir, estar un tiempo provisorio en lo de una madre sustituta hasta que aparezca una que lo adopte de manera definitiva.
Esta mujer me dijo que debía tener mucho cuidado porque era un gato todo blanco, o sea albino y que no podía de ninguna manera ver el sol. Le dije que yo tenía un patio y que mi gato salía todo el tiempo, mantener cerrado me parecía impracticable. Le agradecí por su tiempo y cerré la conversación. Pero al rato otra vez apareció Gladys bajo el puntito rojo titilante del chat. Me dijo que los animales se pierden, se lastiman o son pisados, que mi gato no era libre por salir al patio y que ojalá me concientizara al respecto.
Tuve miedo de que Gladys, tomada por la furia, levantara en “gatitos encontrados” una campaña en mi contra. He visto como algunos fueron expulsados producto de su mala conducta, usando como evidencia capturas de pantalla de chats con madres nodrizas.
Algunas horas después de este primer intento, me metí al grupo e hice una búsqueda rápida a ver si aparecía mi nombre ya con estigma, pero no. Entonces reanudé la búsqueda y encontré un gatito negro tembloroso que me gustó. Me comuniqué con Blanca, que me llamó por teléfono y me contó que habían sido rescatados de un lugar salvaje, que ese que yo quería era un gatito negro peludo y que su hermano era igual pero de pelo corto. Le dije que quería adoptar al peludo, y me felicitó. Cuando cortamos me mandó whatsapps con fotos: el gatito en la palma de la mano; adentro de una heladera portátil junto a sus hermanos; siendo investigado por un caniche doméstico; hecho un bollito.
Ahora estoy mirando sus fotos y esperando que se haga sábado para que llegue mi gatito de internet. El primero también fue concebido así. Me gusta pensar que viajan por la fibra óptica, habitan por un tiempo en las pantallas y después cobran forma. A partir de ahora seremos tres.